SITUACIÓN AGRARIA EN COLOMBIA

POR JORGE GÓMEZ PINZÓN

-          Análisis histórico y prospectivo de la realidad agraria en Colombia. Un estudio realizado por el abogado y catedrático universitario Jorge Gómez Pinzón.

 

 

 

La América aborigen

 

Antes de ser hollado  el continente americano por los europeos, lo habitaban cerca  de cien millones de personas,   en  la Nueva Granada existía un millón cuatrocientos mil  indígenas [1] , algunas tribus   vivían   en la  etapa  comunitaria y otras  eran tributarias [2] . Las tribus más desarrolladas fueron los Aztecas, Incas, Mayas y Muíscas,  que  progresaron  hasta el punto  de  encontrarse ad portas de la civilización,  también existían otras  atrasadas, que  se encontraban en la etapa  salvaje.

 

En la Costa Caribe,  habitaban los   Zenúes, Chimilas, Motilones, Tayronas y Guajiros;  el centro del país,  por  Panches, Muíscas, Pijaos y Catíos;  y el sur,  por   Paeces y Agustinianos. Entre  ellas   existió un  exiguo mercado basado en el trueque de productos agrícolas,  tejidos, utensilios rudimentarios y sal [3] .

 Los Zenúes, Tayronas, Agustinianos y  Muíscas [4] ,  cultivaron las tierras  con técnicas  avanzadas en comparación con otras tribus,  los indios que las integraban   pagaban  tributos a sus caciques. Estas    utilizaron el sistema de terrazas y  aplicaron  riego artificial a  sus cultivos, seleccionaron  semillas y escogieron los terrenos  para la siembra. Los Tayronas construyeron una plaza de mercado para intercambiar productos con otras tribus [5] , roturaban las  tierras  con troncos de madera, quemaban las malezas y  sus cenizas las  mezclaban  con las tierras para mejorarlas mientras otros  terrenos   permanecían  en barbecho  por  periodos largos hasta que  quedaran nuevamente aptas  para la siembra.

 La   sociedad muisca  estaba  conformada por grandes jefes federados, jefes territoriales,  capitanes de aldea,  guerreros, campesinos y sacerdotes,  se  diferenciaban  por las vestimentas   y  por las   insignias que portaban como símbolos de   jerarquía [6] .

 La producción indígena  en lo fundamental buscaba  satisfacer las necesidades comunitarias y utilizaron el trueque para cambiar  sus excedentes agrícolas o artesanales  con otras tribus, los cuales  eran insignificantes. De ahí que no tuviera  importancia económicamente; sin embargo, hallaron mantas de los muiscas en las   tribus  centroamericanas.

 

- El régimen colonial

 Con el descubrimiento de América,  con las  naciones invasoras apareció  el dominio colonial   en todo el continente, mediante él  expoliaron las riquezas naturales  y explotaron las comunidades nativas  hasta extinguirlas casi en su totalidad.

 Las conquistas territoriales  trajeron  un  desarrollo desigual en lo  económico, político y cultural, que  dependía  de   su desarrollo particular de cada una de ellas,  los países más avanzados,  como Inglaterra y  Francia,  poblaron el norte de  América y fundaron Estados Unidos, Canadá y  el norte de México, mientras que  los países atrasados como  España y Portugal se ubicaron  en el centro y sur de América, donde  se encuentran hoy  los países más pobres del continente.

 Este colonialismo produjo, los siguientes efectos:

1)       Ocupación territorial por parte de la metrópoli correspondiente.

2)       Nombramiento  de los  gobiernos y autoridades con personal perteneciente  a la potencia imperial.

3)        Manejo directo del imperio en la colonia  en lo económico, político y cultural.

4)        Imposición coercitiva de  fuerzas militares y policivas de la potencia colonial, salvo el caso de Portugal, pues el rey y sus  súbditos  se trasladaron a Brasil, debido a la invasión de las huestes  de Napoleón Bonaparte.

 La  voluntad de la metrópoli   se impuso por la fuerza, sin  consideración a lo que  pensaran sus vasallos, éste poder  imperial, se asemejó al  impuesto por el imperio Romano en sus colonias, como fue invasión territorial, dominación gubernamental, social y cultural  y  la imposición de la esclavitud a los pueblos avasallados.

 La colonización española [7]   implantó  su propio modelo en sus colonias,  dependió fundamentalmente en  su propio desarrollo,  pero con algunas diferencias. En el caso nuestro, se impusieron   instituciones socio-económicas arcaicas  que  se reflejaron  en la encomienda, los resguardos, la mita y la esclavitud. Sin embargo,  existen  algunos autores que sostienen que tales  instituciones pertenecían al  capitalismo.

La  esclavitud de los  indígenas y los  negros fue justificada  por tratarse de  la subyugación de  seres inferiores  e impíos, que tenían  creencias diferentes a las del pensamiento  europeo. Por ello, fueron considerados como cosas  que no merecían un  trato digno de los seres humanos.

 Este tratamiento  provocó  la protesta  de algunos clérigos, como  el  padre Fray Antonio de Montesinos [8] , en la Isla Española -hoy Santo Domingo-, que logro  que el rey  expidiera Las leyes de Burgos  de 1546,  que impedían  maltratar y esclavizar a los nativos. No obstante, esta legislación fue efímera, pues, provocó el   levantamiento generalizado    de los encomenderos abanderado  por    Pizarro en el Perú  (1548), lo cual condujo a que la corona española  la  revocara   y  restableciera nuevamente  con carácter vitalicio y hereditario.

 Hacia  1540,  el  sacerdote    Bartolomé de Las Casas, nuevamente   alzó su voz   contra esta  institución,  y elevó una nueva  solicitud   al rey para  abolirla; sin embargo,  los encomenderos    por intermedio del Cardenal de Sevilla Fernando Valdés, confirieron poder al  abogado  Juan Gines de Sepúlveda, para que  defendiera y justificara esta institución. La defensa la apoyó en pasajes bíblicos,  y la  tituló  Demócrates Secundus,  por ello  fue   llamado el Tito Livio español [9] .  Se fundamento en que “las poblaciones aborígenes deben ser dominadas por la raza civilizada,  a sangre y fuego si es necesario,  puesto que lo perfecto debe dominar lo imperfecto”. Esta obra  fue acogida con gran  alborozo   por la nobleza  y  algunos clérigos europeos,   partidarios de la subyugación humana. Esta circunstancia,  obligó  al  padre Las Casas a  encaminarse a España  para  asumir personalmente la defensa. Su alegato  lo   denominó  Brevísima Relación de Destrucción de las Indias, arguyó   que  entre  1519  y  1552  los españoles habían exterminado   doce   ó quince millones de indios y los había maltratado cruelmente. El rey  Felipe II para desatar el conflicto, nombró  una junta de personas  notables, en aras de una justa decisión. Ello  culminó  con   la expedición de La recopilación de las leyes de Indias, contenida en  la real cédula  El Pardo de 1591,  que   prohibió la subyugación  de los aborígenes y entró a analizar las adjudicaciones  de tierras hecha    sin el cumplimiento de los requisitos de morada, residencia y explotación  adecuada,  por el término de  cuatro años. Esto le  permitió   recuperar  parte de las tierras   y   redistribuirlas  nuevamente  a los indios [10] .

 Al desaparecer la esclavitud de los indígenas, prosiguió con más fuerza para  los negros.  La esclavitud de éstos  se centró inicialmente en la minería,  pero luego se fue extendiendo  a la ganadería y la  agricultura,  particularmente  a  la producción de miel y panela [11] . La agricultura esclavista tuvo lugar entre las familias esclavistas de Chocó, Cauca,  Antioquia, Cundinamarca  y la Costa Caribe.

 A partir de esta ley, la  encomienda se extinguió y surgieron  los repartimientos indígenas y con ellos aparecieron  los  terratenientes y   los indios serviles. El nuevo avasallamiento fue menos cruel e inhumano que el anterior y su imposición obedeció a la necesidad  de  suministrar mano de obra indígena  gratuita a  los  terratenientes [12] .

 Es de suma importancia esclarecer que el servilismo  hispano  se diferenció del  feudalismo clásico europeo, pero coincidieron en otros aspectos,  como lo veremos a continuación:

       1. Diferencias

 

- Los terratenientes americanos no tenían  autoridad jurisdiccional sobre sus heredades y  no  acuñaban su propia  moneda,  como ocurrió en el feudalismo clásico.

 

- Los nativos eran repartidos directamente a los terratenientes para  trabajar en las diversas labores a cambio de enseñarles la fe cristiana y de suministrarles el alimento diario. En el feudalismo el siervo estaba integrado a la tierra.

 

- Los terratenientes no tenían ejércitos en sus tierras, en cambio en los feudos europeos  disponía cada uno de sus propias fuerzas militares.

 

- Los nativos eran juzgados por las autoridades del Virreinato. En el feudalismo, el señor feudal era el juez de  los siervos,  en su feudo.

 

  2. Semejanzas

 - Los indios entregados a los terratenientes, su avasallamiento  se fundamentaba    en su prestación  personal  en labores de labranza, oficios domésticos o artesanales. Lo  mismo ocurrió en el  feudalismo  con el campesino servil.

 

- A los nativos serviles  les enseñaban  la fe cristiana, igualmente ocurrió con el servilismo europeo, lo que   sirvió de fundamento ideológico para mantenerlos sometidos [13] .

 

- El común denominador del servilismo  de los indios y de los siervos europeos  se centraba en las labores de labranza, domésticas y artesanales.

 

 La servidumbre moderna aparece bajo diferentes ropajes, a saber:

  -         Con el coloniaje, mediante  la trata de blancas, las agencias de intermediación laboral, la adopción de niños, etcétera.

-          La producción se efectúa  con técnicas atrasadas.

-           El trabajo es realizado  mediante  la prestación personal del   campesino y  no existe    división del trabajo. -           Las cosechas recolectadas buscan  satisfacer las necesidades  locales (valor de uso) y los pequeños  excedentes  iban a un mercado para ser intercambiados (valor de cambio).

-          Los cultivos plantados  en   terrenos de los terratenientes se efectúan  mediante la aparcería.

-         La vivienda y la parcela son usufructuadas por el campesino junto con   su familia, para  obtener  la  manutención diaria.

 

Con respecto a la servidumbre, Marx dice que  “la servidumbre  y la esclavitud no constituyen una forma específica medieval-feudal, [pues] las encontramos en todos o casi todos los sitios en que los conquistadores obligan a los habitantes anteriores a ellos a que les cultiven las tierras” [14] . 

 

Para ilustrar  este tema,  traigo a cuento  el  debate  entre Paul M. Sweezy y  Maurice Dobb. Para Sweezy “el feudalismo subsiste  en aquellas  sociedades donde  predomina el valor de uso, cuando la producción es para satisfacer las necesidades de localidades específicas”;  para  Dobb [15]   “el feudalismo, coincide con  el concepto de servidumbre y  le define como ”una obligación impuesta  al productor por la fuerza e independientemente  de su propia voluntad, de satisfacer ciertas exigencias económicas de un señor, exigencias que pueden adoptar la forma de servicios que han de prestarse o de rentas que han de pagarse en producción o en dinero (...) Esa fuerza coercitiva puede ser una fuerza militar, que posee el superior feudal, o una costumbre respaldada por algún tipo de procedimiento jurídico, o la fuerza del derecho. Esta descripción coincide en lo esencial con la  figura en el volumen III de El Capital, en el capítulo relativo a la “Génesis de la Renta Capitalista de Suelo”. Este tipo de servidumbre feudal “contrasta con el capitalismo en el sentido de que bajo este último, y para empezar, el trabajador...ya no es un  productor independiente, sino que está divorciado de sus medios de producción y de la posibilidad de proveer a su propia subsistencia, pero, en segundo lugar(...) su relación  con el propietario de los medios de producción que  emplea es puramente contractual (...) ante la ley tiene libertad para escoger a su amo o para cambiar de amos; y no está sometido a obligación alguna, aparte de la que impone el contrato de servicios de contribuir trabajo o pago a su amo”.

 

- La  independencia

 Con motivo de nuestra independencia, en 1823, se  expidió  la ley de partos [16] , que dio  libertad a las esclavas mayores de 18 años, siempre y cuando devolvieran  a los terratenientes esclavistas los dineros invertidos por  alimentación y educación. Fueron muy pocos las que lo lograron, ya que,   no poseían dinero para comprar  la libertad. Fue una jugada sucia y ruin que le hicieron los esclavistas al Libertador Simón Bolívar, que había anhelado abolirla en forma definitiva  desde 1815.

 Después de la independencia, se hizo nuevo reparto de tierras a los indios y  por el  endeudamiento económico a  Inglaterra, debido a  los  empréstitos  concedidos  antes y después de   la Campaña Libertadora, nos vimos sometidos  a una dependencia comercial  por varios decenios de años.

 Esta dependencia trajo avances en el desarrollo de la actividad comercial y financiera pero, a su vez, produjo un freno  a nuestras  fuerzas productivas, ya que la industria  artesanal se demoró en progresar, pues las clases pudientes importaban los bienes importados. Sin embargo, lo  producido por los artesanos fue  vendido o  utilizado o usado  por los  pobladores de bajos recursos.

 El Congreso de Angostura (1819)   ordenó  entregar bonos de deuda pública a todos  los militares, como recompensa por haber logrado la independencia   nacional. Los que  serían pagados con tierras. Este reparto fue   una verdadera democratización de la propiedad rural; sin embargo, algunos soldados en su afán de obtener dinero,  vendieron los bonos a menor precio de lo fijado en ellos y fueron comprados  por grandes terratenientes y comerciantes ricos,  que terminaron recibiendo  las  tierras  y  acrecentaron su monopolio territorial.

 En 1821 se expidió la ley 17, para favorecer  los extranjeros que se establecieran en el país,  se dispuso que quienes adquirieran  tierras por valor de mil pesos o más,  podía obtener el derecho de residencia en el término de  dos años.

 Otra ley, expedida en ese mismo  año, ordenó  repartir  tierras a todos los  indígenas,  con la condición de  que debían usufructuarlas   durante diez años, salvo cuando  cambiaran de residencia. Pero  en 1848 se promulgó otra,  que prohibió venderlas.    En 1850,   otra  disposición abolió definitivamente  los  resguardos indígenas  y    los indígenas podían  disponer libremente de sus tierras, las que de inmediato  fueron vendidas  a  terratenientes y comerciantes.

 En 1850 se expidió la ley 30, con la que se acabaron  los   censos. Ello   liberó a los terratenientes del pago de impuestos sobre las grandes extensiones de tierras [17] e  impulso a   seguir invirtiendo dineros  en tierras libres de impuestos, con la secuela   que se   fortaleció la gran propiedad territorial.

 

- Revolución del Medio Siglo

 A partir de enero 1 de 1851  se abolió  la esclavitud de los negros en  todo el territorio nacional. La medida generó  guerras intestinas entre terratenientes esclavistas  y  los defensores del liberalismo económico –artesanos y comerciantes-. Los esclavistas caucanos,  pertenecientes a las  familias  Arboleda, Obando y Mosquera, y en Cundinamarca los hermanos Ospina Rodríguez,   se llevaron a cientos de esclavos  al Ecuador y allí los vendieron [18] .

 En 1861,   el gobierno del Tomás Cipriano de  Mosquera  decretó la salida de la comunidad religiosa  Jesuita y   expropió a la Iglesia Católica   cinco millones de hectáreas para  subastarlas, con el  fin de  redistribuirlas  entre la población en general; sin embargo,  fueron compradas por los  terratenientes y comerciantes,  lo que   reforzó  el monopolio territorial.

 Las relaciones comerciales con Inglaterra, generaron un  doble efecto en nuestra sociedad,  a saber:

 

1.     Negativos:

 

a)     La imposición  de comprar las   mercaderías inglesas, irrogó  un  estancamiento de las fuerzas productivas.

 

b)     Generó una lucha intestina entre  artesanos y comerciantes, los primeros por imponer sus productos, y los segundos, por vender las mercancías inglesas.

 

c)      El endeudamiento externo y sus intereses se acrecentaron,  que permitió una mayor injerencia  en la vida nacional en lo económico, político y cultural  de parte de Inglaterra.

 

d)     La industria textil artesanal tendió a  desaparecer, pero logró subsistir, debido a que los artesanos siguieron confeccionado vestuarios para la población de bajos recursos.

 

2.     Positivos:

 

a)     Se modernizó la administración pública, la banca y el comercio.

 

b)     Se mejoró la producción agrícola al importar  aperos, rastrillos, azadones y machetes de acero inglés.

 

c)      La penetración de  las mercaderías inglesas en el mercado nacional, obligó a construir  una red de vías terrestres y férreas  para llevar las mercaderías  a   los diferentes municipios y ciudades.

 

d)     Igualmente, en un comienzo, se unieron  artesanos y comerciantes  contra los terratenientes, para lograr la liberación de los esclavos, con el fin de que pudieran vender su fuerza de trabajo y así adquirieran capacidad económica para  comprarles sus mercancías.

 

A esta  forma de dominación  se  conoció con el nombre de   semicolonialismo y   se caracterizó por que la metrópoli inglesa  tuvo,  una injerencia soslayada  en  lo   económico, político y  cultural aunque  aparentemente   gozábamos formalmente  de  independencia política y administrativa ante  la opinión nacional y  el ámbito mundial.

 Esta dominación  no  afectó para nada la situación del agro  colombiano. Su estructura  permaneció intacta y  siguieron  vigentes la  gran propiedad territorial y el minifundio, como formas improductivas predominantes    en el campo. Los latifundios pertenecían a  unas pocas familias ricas y  a la Iglesia Católica,  ubicados en los valles y altiplanos en  tierras de primera calidad,  y casi todos inadecuadamente explotados, con ganaderías extensivas. En cambio, los  minifundios pertenecían a   campesinos pobres, sus heredades  se encontraban ubicadas  en las faldas  montañosas en  terrenos  de mala calidad  y   por  sus   tamaños eran insuficientes para producir   los recursos necesarios al sustento de las familias campesinas. Por lo general,   se cultivaba    papa,  maíz, arveja, tomate,  fríjol, café y algunas hortalizas en las regiones frías.

 

- La colonización antioqueña

 

Entre los hechos de importancia en el agro colombiano se encuentra la colonización antioqueña. La segunda  se inició a partir de 1876, tuvo su origen cuando dejamos de exportar la  quina y cuando las exportaciones de tabaco se redujeron. Sus efectos fueron los siguientes:

  - Sustituir la quina por otro producto agrícola de consumo mundial.

- Los dineros ahorrados por  los comerciantes antioqueños, les    obligaron  a buscar otras   tierras donde invertir sus dineros, de modo que  produjeran más utilidades.

Los campesinos antioqueños emigraron  a las tierras  ubicadas al  sur de Antioquia, zonas baldías,  lo que hoy es  Caldas, Quindío, Risaralda, norte del Tolima y la parte norte del Valle del Cauca. Sembraron cafetales a todo lo largo y ancho de la Cordillera Occidental.

 Según Tirado Mejía, la colonización antioqueña [19] trajo  los siguientes efectos:

1. Creación de la pequeña propiedad campesina, cuya  extensión  dependía de la cantidad de familia que se  integrara a la colonización. Esta circunstancia trajo las siguientes secuelas:   

a) No se formaron grandes latifundios ni grandes masas de campesinos asalariados y sin tierra,  como ocurrió con la colonización anterior.

b) Se acentúo en las familias  el rígido patriarcalismo antioqueño, en el que la mano de obra la suministraban los hijos, de allí que éstas fueran tan numerosas.

c)  Se aumentó  la capacidad económica familiar, cuyos beneficios fueron  distribuidos entre todos.

2. Se integró la zona occidental del país, por el  desmonte de las selvas existentes de por medio entre Antioquia y el Valle del Cauca. 

3. Se construyeron vías de comunicación entre Antioquia y Valle del cauca.

4. Se creó  una de las zonas más desarrolladas  en el país.

 

- Exportaciones del café entre 1850 -1870

-           

Las exportaciones de café  entre 1950  y 1927,  cada año tomaron mayor fuerza, como se pueden observar en los datos  del siguiente cuadro:

 

Años

Toneladas

Años

Toneladas

1850

313

1915

67.696

1860

750

1920

86.620

1870

2.118

1922

150.869

1880

11.250

1924

132.954

1900

21.625

1926

147.255

1910

32.5000

1927

152.000

 

La  nación participó en el mercado mundial con la venta del grano de café,  cada quinquenio duplicó sus exportaciones hasta llegar en 1933  a vender  el 14.57%  del grano mundial consumido. Tal como, lo vemos en el siguiente cuadro:

 

Año

%

Año

%

1905

2.90

 

 

1910

3.35

1925

8.99

1915

5.19

1930

12.10

1920

7.61

1933

14.57

             Fuente: Datos  del libro de Tirado Mejía

 - Sipnosis de las relaciones de trabajo en el campo

 La forma predominante de las relaciones de producción durante la Colonia y la Independencia nacional  fueron la esclavitud, la servidumbre, los pequeños propietarios independientes, la aparcería, el colonato y los terratenientes

 Los esclavos no disponían de libertad, no podían  abandonar sus lugares de  trabajo, ni emprender cultivos sin autorización  del amo. Debían reportar  qué labores se encontraban realizando; se les prohibía vivir con las familias en las parcelas  asignadas por el  terrateniente y tenían que trabajar cinco días a la semana más los  festivos. Las faltas disciplinarias eran castigados con veinticinco azotes, salvo a las mujeres embarazadas a quienes   se les castigaba con un cepo [20] .

 Mediante la aparcería,  el terrateniente entregaba una determinada porción de tierra por el término máximo de dos años. El campesino tumbaba las malezas y sembraba maíz o plátano con la obligación de  entregarla  sembrada con pastos. Luego, el campesino se internaba en tierras incultas  con el objeto de seguir su actividad de  aparcero,  para  civilizar más tierras.

 En  el  colonato, se desmontaban las malezas en las tierras  baldías que no tenían dueño, al cabo de determinado  tiempo, fijado por la ley, y  mediante un proceso judicial, se solicitaba al  juez competente de la zona respectiva que  adjudicara dichas tierras. La  sentencia proferida era  registrada en la oficina de registro de propiedad. Con ello, el   propietario  adquiría el título.

 La servidumbre era la relación predominante entre  campesino y terrateniente en el agro colombiano. Se caracterizaba por la prestación personal de campesino al terrateniente. Al respecto,  Kalmanovitz dice que “es claramente de naturaleza servil, sin embargo, el campesino o aparcero no es un vasallo en términos estrictos, y goza de una movilidad mayor  que la del siervo de la gleba en el sistema feudal típico, a  pesar  de que dicha movilidad se ve restringida por los “avances” y las deudas aunados a la superestructura política local  que las refuerza con cierta dificultad como lo nuestra la inestabilidad de las formas de organización de trabajo manifiestas en Guaduas, Ambalema, el Cauca,  y la Costa Atlántica” [21] .

 Estas relaciones corresponden a una sociedad feudal,   como lo expone Kalmanovitz: “Tenemos  entonces un sistema económico que cuenta con lo específico del feudalismo: la servidumbre, o sea, las rentas en trabajo, en especie o en dinero, combinadas con la aparcería. Pero aquí las relaciones de dependencia resultan más débil que en el feudalismo europeo o asiático, donde la atadura a la tierra es inconmovible porque la formación social se asienta sobre una economía de tipo natural y no existe la acumulación. Aquí la acumulación de rentas y ganancias comerciales es factible, aunque su magnitud sea relativamente pequeña por la baja  productividad del trabajo y sufra interrupciones según los altibajos  de la actividad exportadora. Aún así la circulación  de mercancías es mucho mayor, lo mismo que la división  social de trabajo y la movilidad de los hombres y las tierras. Existe aquí algo más: un campesinado propietario, la mayor parte de las veces de hecho pero también de derecho, como el de la colonización antioqueña. En consecuencia, no toda la población se encuentra sometida a los terratenientes, produciéndose luchas frontales cuando éstos intentan imponer su dominación sobre los demás sectores” [22] .

 

 - Transformación  del capitalismo en monopolios en el ámbito mundial

 Para  1875   la situación mundial  sufrió un cambio,  los grandes capitales norteamericanos se  transformaron   en monopolios, lo  que llevó  a    nuevas formas de dominación  colonial. Apareció  el imperio más poderoso sobre  la Tierra, que  doblegó a los  estados desarrollados y sojuzgó  a las naciones más débiles. El  nuevo imperio resultó ser más voraz y  feroz  de  todo los   existentes hasta ese momento, pues, a  nombre de la libertad y el progreso mancilló a las naciones subdesarrolladas, expolió  sus riquezas naturales y desmembró territorios como ocurrió con la “independencia”  panameña de Colombia, en noviembre 3 de 1903. A partir de este hecho, comenzaron las  inversiones  capitalistas tanto  en el campo como en las ciudades,  a pesar de que la oligarquía  criolla  ya  había intentado este proceso,  en pequeña escala,  después   de  la  independencia.

 A partir de la segunda década del siglo XX,  los norteamericanos  comenzaron a explotar los  pozos petroleros ubicados en  Barrancabermeja, Santander. Luego,  en Santa Marta, Magdalena, se  instauró  un  enclave agrícola bananero  de sesenta mil hectáreas, de propiedad de la United Fruit Company. Los trabajadores, presentaron  un pliego de peticiones en 1928, el mismo de  diez años atrás, en el que  exigían  que se responsabilizara como empleadora, pues  no contrataba directamente  a los trabajadores   sino por terceras personas, para eludir sus responsabilidades laborales. Además,  pedían  alza de salarios,  mejores condiciones de salubridad y que no se les pagaran  con vales para cambiar en el almacén  de propiedad de la empresa. Ante su renuencia,   cerca de 30.000 trabajadores,  con el apoyo de las masas populares de la zona,  decretaron  la huelga,   que   culminó con la masacre  de cientos de trabajadores,  ordenada  por el general  Carlos Cortés Vargas. Había recibido órdenes del ministro de Guerra Ignacio Rengifo del  gobierno conservador  del  presidente  Miguel Abadía Méndez. El referido  enclave  terminó  como consecuencia de esta masacre,  y  la United Fruit Company  se convirtió  en una empresa comercializadora de frutas que actualmente subsiste con el nombre de Frutera de  Sevilla. Sin embargo, a partir de 1947, el gobierno nacional  entregó  a la  United Fruit Company   la zona bananera de  Santa Marta  para que siguiera explotando el banano. En  1950 le entregó a Frutera de Sevilla  filial de la referida empresa norteamericana una zona en Urabá para que  sembrara  y explotara este producto agrícola.

 - Ley 200 de 1936

 Ante la crítica situación vivida en el campo,  en 1934, el gobierno de Alfonso López Pumarejo,  presentó un proyecto de ley al Congreso, de   reforma agraria. El  articulado fue modificado   por la bancada  conservadora  y     se profirió  la ley 200 de 1936,  que dispuso los siguientes puntos:

 -La propiedad de la tierra se identificó con  la categoría de explotación económica, diferenciando el concepto jurídico entre tierras baldías y tierras de propiedad privada.

- Convertir en dueños a quienes  creyendo estar en tierras baldías lo explotaran  por un lapso de cinco años, siempre y cuando  el  titular   no lo explotara paralelamente.

- Revertir el dominio   de las tierras  cuando no  fueran explotadas adecuadamente.

- Adjudicar de tierras a los campesinos para sembrar cultivos comerciales.

- Gravar con tarifas altas las tierras incultas, para incentivar a los grandes terratenientes a  cultivarlas.

- Conceder créditos  a los campesinos pobres  para fomentar la agricultura.

- A los campesinos que  cumplieran  el término  de diez años en aparcería se les adjudicarían las tierras utilizadas en esta forma de explotación agrícola.

- Instituyó la acción de  lanzamiento de   campesinos en  tierras de propiedad privada.

- Los predios que tuvieran más de trescientos hectáreas indebidamente explotadas serían objeto de un proceso de expropiación por parte de Estado.

- Crear la jurisdicción agraria  para resolver los conflictos sobre tierras, tales como deslindes y amojonamientos, sucesiones intestadas o testadas de fincas, extinción de dominio, pertenencias,  etcétera.   

 Según Absalón Machado [23] las anteriores cláusulas  indicaban la protección  estatal del latifundio y el desconocimiento de los derechos  del movimiento campesino.

 Con esta ley se pretendía modernizar el campo,   sin efectuar  un reordenamiento territorial, con lo que   fomentó el monopolio territorial, como  se puede  observar   con su aplicación:

 - Los  campesinos que ocupaban  parcelas  con  más de un año  de posesión   fueron  lanzados   de ellas.

- No se iniciaron   procesos de extinción de dominio contra los terratenientes por la explotación indebida de sus tierras ni  se  efectuaron   parcelaciones en los  latifundios incultos.

 La política agraria de la comentada ley era esencialmente reaccionaria, pues desconocía el mínimo de derechos reivindicatorios  de los campesinos reconocidos en el Código Civil. Sin embargo, los sectores  ultra derechistas  y el clero en particular, calificaban  a López Pumarejo de comunista y de bolchevique.

 

- Ley 100 de 1944

 En    1944, en el segundo periodo del presidente López Pumarejo, se profirió la ley 100,  con la cual  se realizó una contrarreforma a  la ley 200/36, en los siguientes términos:

 - Prolongó a 20 años el plazo  para adquirir la propiedad de  los terrenos en aparcería,  con esta jugada  engañó  a los campesinos próximos a cumplir  el  término de 10 años impuesto por la ley 200/36, esta medida favoreció  los intereses de los terratenientes.

- Los terrenos dados  en  arrendamiento  o en aparcería, no podían ser sembrados con   cultivos permanentes, sino  de corto plazo,   como papa,  tomate, cebolla, maíz, arveja,  etcétera.

 Durante  el gobierno de Eduardo Santos,  la intervención estatal  fue decisiva en el desarrollo  económico, pues  el Estado   se transformó en empresario  al participar e impulsar  un sinnúmero de negocios. Pasó de regulador a intervencionista,  para conjurar  la crisis   causada por la Segunda Guerra Mundial. Buscaba  fomentar el progreso económico de algunos sectores.

 La intervención estatal se observa particularmente  en el caso del café, lo que  se expresó mediante un Convenio Internacional realizado por la Federación de Cafeteros (Fedecafé). Irrogó  en forma  inmediata   el alza del precio internacional  del grano, sus utilidades se revirtieron  en el desarrollo de la caficultora. En el siguiente cuadro veremos   las inversiones estatales  efectuadas en la caficultura:

Año

%

Año

%

1937

6.4

1942

41.7

1938

12.4

1943

29.7

1939

10.9

1944

8.9

1940

27.1

1945

4.6

1941

34.0

1946

8.9

Fuente: CEPAL. El desarrollo económico

de Colombia, anexo estadístico, cuadro No. 18.

 De lo anterior se infiere  que,  de  1940 a 1943, las inversiones  estatales del  sector alcanzaron  los porcentajes más altos,  debido a  que durante  la Segunda Guerra Mundial, la demanda del grano se incrementó, lo que trajo  más divisas para el país y  mejoró  la situación de los caficultores  y  de la economía general de la nación.

 Sin embargo, al lado de esta bonanza cafetera se   venía  presentando  confrontaciones armadas aisladas entre los liberales y conservadores,  cuyo punto culminante  fue  el 9 de abril de 1948 con el asesinato del dirigente liberal  Jorge Eliécer Gaitán,  situación que afectó  el campo colombiano y  generó una  crisis que duró más  de diez años.

 

- La crisis de los años cincuenta

 La violencia ejercida  de  1948 en adelante, condujo a la liquidación de la ganadería bovina y porcina en ciertos departamentos, la quema  de cafetales y  destrucción de cientos de viviendas, la muerte de trescientos mil colombianos y miles de desplazados a los municipios y ciudades por el  enfrentamiento bipartidista entre  conservadores y liberales,  la persecución desatada por  las bandas chulabitas  dirigidas por los conservadores y clérigos de las diferentes localidades, permitió que estos   expropiaran  y se adueñaran de las mejores  fincas de los campesinos liberales  pobres y medios, con lo  que aseguraba su dominio territorial, político e ideológico en  los feudos locales. Las  que permanecían custodiadas a diario y   sólo ingresaban   conservadores o personas conocidas de la región, esto  se asemejó al dominio  ejercido  en los feudos europeos.

 Esta crisis trajo  los siguientes efectos en la vida nacional:

 

a)      El enfrentamiento de los  terratenientes contra los campesinos sin tierra y pobres por apropiarse de sus parcelas, lucha que  se tornó en un enfrentamiento  de clases.

b)       Los centros urbanos crecieron  desmesuradamente  por el desplazamiento de campesinos.

c)       La ideología liberal se generalizó en las ciudades como repudio a la violencia  conservadora.

d)      La grande y la pequeña propiedad fueron  un   obstáculo para el  progreso nacional.

 

Es de importancia  anotar  que,  para 1951,  el 61% de la  población se encontraba residiendo en el campo,   y el 39% en las ciudades [24] . Esta situación se   alteró  por la violencia política y,    para 1964, la población rural había descendido al 52.1%, mientras  la  población urbana se había incrementado  al 48.9%,  como se deduce  del  siguiente cuadro:        

Zona

1938%

1951%

1964%

Urbana

29.1

38.9

52.1

Rural

70.9

61.1

47.9

Total

100.0

100.0

100.0

 Fuente: Dane Censos Nacionales

 Con motivo de la revolución cubana, los Estados Unidos impulsaron  a los demás estados del continente a  llegar a un acuerdo internacional para realizar reformas agrarias en cada  país, con el fin de  aminorar  la pobreza de los campesinos y evitar   que se repitiera el  caso  cubano.    A cambio, ofreció  a  las clases dirigentes entregarles  veinte mil millones de dólares para  impartir su aprobación [25] . El  acuerdo se   plasmó en 1961, en la ciudad uruguaya de   Punta del Este. Dichas reformas legislativas  se realizaron en todas la naciones del continente,  pero el dinero ofrecido nunca llegó.

 El dirigente  liberal Carlos Lleras Restrepo representante de la burguesía industrial, abanderó la  reforma. Expresó  ante Senado de la República  que la tierra estaba monopolizada por unos pocos y  que existían miles de campesinos sin tierra y  pobres, cuyas parcelas  se encontraban en  tierras de mala calidad.  El latifundio y el minifundio no generaban empleo, la población estaba creciendo  y la violencia se  intensificaba por la migración de campesinos  a la ciudad. La  industria era incapaz de  atender el  desempleo y generaba  problemas de vivienda, aumento de la criminalidad y otra serie de fricciones.

 Fundamentó el proyecto de ley en   las estadísticas  sobre    tenencia de  tierras en la nación,   según  el siguiente cuadro:

Tamaño por hectáreas

No. de predios

%

Superficie

%

Menores 5

756.605

62.5

1.238.976

4.5

De 5 a 10

169.145

13.9

1.164.749

4.2

De 10 a 50.

201020

16.6

4.210.777

15.5

De 50 a 100

39.900

3.3

2.680.471

9.8

De 100 a 500

36.010

2.9

6.990.471

25.6

De 500 a 1000

4.141

0.4

2.730.764

9.9

De 1000 y más

2.761

0.3

8.321.619

30.5

Total

1.209.672

100.0

27.337.827

100.0

Fuente: Dane, Censo Nacional Agropecuario de 1960

 De lo anterior se desprende que,  de un total de 1.209.672 predios, que  ocupaban   una extensión    de veintidós millones de hectáreas,  aproximadamente;   el 8.7% correspondía minifundios,  que fluctuaban  entre 0.5  y 10 hectáreas y sumaban   925.750 [26] ; mientras que el 61% del total de la tierra correspondía a  grandes latifundios  mayores  de 500 hectáreas, que ocupaban una extensión de  11.052.383 hectáreas,  de propiedad   de  6.902 latifundistas. Esto demostraba la desproporción y el acaparamiento de tierras en el agro colombiano, por lo que era una necesidad efectuar un reordenamiento territorial.

 En el siguiente cuadro,  aparecen los predios menores de 3 hectáreas, por departamento,  y  las formas como eran  explotados [27] .

Departa-

Departamen.

No. Predios

%

Superficie

%

Pro-

pias%

Arrend %

Colo-nato

%  *

Otras

Form.

Antioquia

103.277

61.0

96.727.0

3.5

54.0

37.0

0.5

8.5

Atlántico

6.975

58.6

7.338.0

2.7

18.7

56.1

21.5

3.7

Bolívar

32.261

51.7

31.980.3

1.7

48.6

36.7

6.9

7.8

Caldas

38.872

48.3

46.234.0

4.2

63.3

30.1

1.4

5.2

Cundinam.

81.426

56.2

97.780.0

6.4

62.2

26.1

0.4

11.3

Huila

12.085

34.8

14.344.2

1.4

49.0

34.9

1.3

14.8

Magdalena

25.437

46.3

21.545.8

0.7

48.6

31.6

8.3

11.5

N. Santan.

9.727

24.9

12.801.6

1.5

40.4

50.4

1.3

7.9

Tolima

27.967

38.8

30.814.7

1.9

49.4

40.8

0.8

9.0

V.de Cauca

20.808

40.9

24.268.2

2.1

73.2

16.5

3.0

7.3

Total

358.835

49.7

383.853.8

2.5

55.6

33.1

2.3

9.0

Fuente: Construido con datos de la revista Consejo Social Agrario, Informe del 22 de abril de 1963, p. 78.80

*En este cuadro entran los predios explotados en aparcería.

 El cuadro anterior nos  enseña que  en todos los departamentos existían minifundios, en unos más que en otros, los cuales  eran explotados en diversas  formas:

 a)  Por sus propios dueños.

b)  En arrendamiento o aparcería.

c)  En  colonato.

 En el departamento de Antioquia,   el 61 % correspondió a minifundios. En los departamentos de  Atlántico, N. de Santander y Tolima,  los   índices más altos eran   los  minifundios en arrendamiento.

 Los departamentos de la Costa tenían los índices más altos en colonato, mientras que esta forma era nula en los departamentos del  centro de la nación. En cambio, los departamentos con más latifundios eran  Magdalena y  Bolívar.

 La explotación agrícola en los  latifundios era casi nula, y la escasa producción    se hacía  con  técnicas arcaicas, con bajo  rendimiento [28] . En ellas  predominaba  el trabajo humano y animal   y   una total  ausencia de maquinaria agrícola, pues  no se empleaba   trabajo asalariado. En cambio, el terrateniente  arrendaba o  entregaba en aparcería, ya que, prefería asegurarse  una renta fija   en especie o en dinero,  a cambio de correr  riesgos  innecesarios. Por eso,  esta forma de propiedad genera  minifundios,   irroga  el cultivo mínimo individual  al campesino  para que complemente sus ingresos. Por lo general,  los latifundios permanecían  incultos y eran  explotados con ganaderías  extensivas. De ahí que fuera   improductiva pues la compra de tierras es  un ahorro a largo plazo, que se  utiliza para conservar las riquezas ante la constante  desvalorización  de la moneda. Por ello,  el precio de éstas   no depende de su productividad, sino a la especulación,  y   los campesinos no pueden  comprarlas.

 En los minifundios   de  0.5 a 5 hectáreas, los frutos   de las cosechas  sólo  alcanzaban  para medio subsistir a  los propietarios  y sus familias,   tenían que alquilar  su fuerza de trabajo a los campesinos medios y ricos,  para complementar sus ingresos mensuales. Por ser  tan  bajos,  les   impedía  el progreso técnico de sus heredades y,  con el correr de los años, las familias crecían y se hacía insostenible su manutención, por lo que     se fragmentaban y sus miembros  iban de un lugar a otro  en busca de  trabajo para sobrevivir.

 Los pequeños  propietarios no disponían de los recursos para mecanizar sus parcelas, sino en  aquellas  de mayores extensiones,  en donde la producción se practica a gran escala, como  sucede con  los productos que conforman la denominada agricultura  comercial.

 Las   parcelas de los campesinos pobres,   entre 5  y 100 hectáreas,  ascendían a un total de 337.372 predios y  ocupaban una extensión  de 2.814.119 hectáreas. Sus ingresos per capital sólo   alcanzaban   para atender los gastos familiares y efectuar  un mínimo de  inversiones en sus tierras. No podían contratar mano de obra asalariada, sino que las labores eran   ejecutadas  por el campesino y  su familia.

 Los campesinos medios estaban   conformados por   los propietarios de   fincas con extensiones entre  100  y 500 hectáreas. Su porcentaje era del 2.9% del total de  propiedades, y  ocupaban un área territorial de 9.670.942 hectáreas. Los predios  eran   rentables y   lo producido les alcanzaba  para  atender los  gastos  de las familias campesinas,   invertir en las fincas, comprar insumos  y contratar mano de obra asalariada.

 La grande propiedad  estaba conformada por  4.941 propiedades  y  ocupaban una extensión de 7.210.064 hectáreas. De las cuales,  eran explotadas   un 95%  en ganadería extensiva y excepcionalmente un  5% en  agricultura. Sus propietarios las  mantenían inadecuadamente  aprovechadas  y  ellos mismos  integran  la clase social de  los grandes latifundistas  que,  junto con  la gran burguesía financiera  han   compartido desde siempre  el poder político real  del estado.

 Estas formas de propiedad   demuestran a todas luces  que no ha habido en Colombia  una  separación  de   los campesinos  con la tierra,   como  sucede en  las sociedades modernas, así como lo explica Marx [29] sobre los campesinos en  Inglaterra, cuando   los  señores feudales se  levantaron  contra la monarquía y el parlamento, crearon  un proletariado  al arrojarlos violentamente  a los campesinos de sus tierras  y   usurparon  sus bienes, De este modo hicieron florecer   manufacturas laneras y remplazaron  los campos cultivados  por potreros de   pastoreo de  ovejas, dado  alto  precio de la lana.

 El  proyecto de reforma agraria  se cristalizó en la ley 135 de 1961, que dio nacimiento al Instituto Colombiano de la Reforma Agraria –Incora-, con facultades  para expropiar, comprar  tierras indebidamente inexplotadas por los  terratenientes y así  como adjudicarlas  a los campesinos sin tierra o pobres,  cuyas propiedades no les alcanzaban  a proveer  el  sustento.

 En  1968 y como  consecuencia del fracaso de la reforma, que sólo había  expropiado  540 mil hectáreas,   de las cuales se    habían  adjudicado  240  mil hectáreas a 50 mil familias, y el  resto  quedó  en zonas de reserva forestal. El presidente  LLeras Restrepo para acelerar la reforma agraria, creó en 1968, la Asociación de Usuarios Campesinos –ANUC-, mediante la ley 1ª,  que se  denominó “Mandato Campesino”. El fin  era  organizar y  movilizar a los campesinos pobres y sin tierra para que exigieran  al Incora   que  expropiaran  las tierras incultas de los terratenientes,  estos esfuerzos  a la larga resultaron infructuosos y la propiedad territorial quedó  intacta. Los terratenientes  contaban con el poder real de Estado y  con  ejércitos privados para defender sus propiedades.

En agosto de  1969,   el presidente Lleras Restrepo entregó tierras a los campesinos de la Costa, y  en junio de 1970,  reconoció 40.000 títulos a  campesinos  que habían cumplido con los diez años  en aparcería, lo anterior, se efectuó con fundamento en la ley 1/68 [30] .

 La comentada ley tuvo efectos  negativos. Sirvió  para que algunos terratenientes vendieran al Incora   tierras de mala calidad y se las pagaran como tierras  de primera. Así  ocurrió,  en  el caso de  la venta de 10 mil hectáreas  de la finca Bellacruz en la Gloria –César-, de propiedad de la  familia Marulanda Grillo Cuando el instituto  había iniciado el proceso de extinción de dominio y existía en el expediente el concepto del perito de que la finca se encontraba  indebidamente explotada,  por lo que era procedente declarar la extinción de dominio sin resarcir daños y perjuicios a su propietario, pero  el gobierno optó por   pagar un  precio excesivamente alto. 

 Igualmente, estalló un  escándalo el 17 de julio 1969 cuando  el ministro de Agricultura, Enrique Peñaloza,  acusó al senador José Ignacio Vives Echeverría, cuando fue director de  Incora, de haber tomado partido en la compra de una finca de un influyente político,  a cambio de recibir una jugosa cantidad de dinero. En el debate de levantamiento de inmunidad parlamentaria, Vives Echavarría acusó a Peñaloza  y varios miembros del gobierno de favorecer al latifundista  Manuel Ospina Vásquez, primo hermano del ex presidente Mariano Ospina Pérez y  pariente político del presidente LLeras Restrepo. Según la denuncia Peñaloza, en aquel tiempo  director de Incora,   no quiso extinguir el dominio de la hacienda de dicho terrateniente, debido a sus influencias  familiares y políticas, aun cuando    se  encontraba inadecuadamente  explotada [31] . Fue un debate en el  que  salieron a flote   las suciedades  que  habían cometido los altos   empleados de  este instituto en beneficio de los políticos y terratenientes.

 

- Formas de Tenencia de la tierra en  1971

 En el siguiente  cuadro veremos  las formas de tenencia de la tierra para los años 1970 y 71:

Tamaño en has

No. Predios

%

Superficie

%

Menos de 5

700.225

59.6

1.145.945

3.7

De 5 a  menos de 10

159.659

13.6

1.088.338

3.5

De 10    menos     50

217.873

18.5

4.658.156

15.0

De  50               100

47.763

4.0

3.197665

10.3

De  100               500

42.897

3.6

8.253.032

26.6

De   500            1000

4.927

0.4

3.229.461

10.5

De  1000  y más

3.467

0.3

9.425.593

30.4

Total

1.176.811

100.0

30.993.190

100.0

               Fuente: Dane, Censo Agropecuario 1970-71.

 Del anterior, se concluye  lo siguiente:

 1. Que de 1960 a 1971, el área total   se incrementó  en 3.655.353 hectáreas, es decir, que se habían  desmontado  malezas de  tierras baldías.

2.  Los predios menores de 10 hectáreas  disminuyeron   en 65.866 predios y  su área total se redujo  en 169.442 hectáreas, las que ingresaron a otros grupos de mayores extensiones de  tierras.

3. Los predios mayores de 10 hectáreas,  aumentaron tanto en  número de predios como en  extensión territorial, así:

a)  De 10 y menos de  50 hectáreas se aumentaron en   16.853 predios   y su  extensión en 448.136 hectáreas.
b) De 50  y menos de 100 hectáreas, se incrementaron en 7.773 predios y su extensión  en  517.194 hectáreas.

c) Los predios de 100  y menos de 500 hectáreas,  se le agregaron 6.887 predios  y su área  territorial creció  en 1.262.561 hectáreas.

 

d) A los predios de 5000  y menos de 1000 hectáreas, aumentaron en 786 predios y su extensión   en    498.697 hectáreas.       

 

e) Los  de  1000 hectáreas en adelante,  aumentaron  en 706 predios y su área  en 1.103.974 hectáreas.

 

En el siguiente cuadro [32] , veremos el trabajo familiar y el trabajo asalariado empleado por  la pequeña propiedad.

Predios

Trabajo familiar %

Trabajo Asalariado

De 10 a 20 has.

100.0

000.0

De  20 a 30 has.

85.0

15.0

De  30  a 40 has.

65.0

35.0

Fuente: Tomado del libro de Machado.

 De los anteriores datos, se deduce  lo siguiente:

  a)      Las micro-parcelas  no emplea trabajo asalariado, sino que las labores son realizadas por el campesino y  su familia, debido a sus bajos  ingresos.

b)      Las propiedades de 20 a 30 hectáreas emplea mano de obra asalariada.

  c)        Sin embargo, las propiedades de 30 a 40 hectáreas, utilizan menos mano de obra que los que emplean las propiedades de 20 a 30 hectáreas.

  - Luchas campesinas entre 1969 y 1972

 Las constantes marchas,  la toma de tierras  y  los enfrentamientos entre terratenientes y campesinos, condujeron a que los terratenientes conservadores y  liberales celebraran el Acuerdo de Chicoral, en el departamento del Tolima, en 1972.  Reculó entonces  el proceso agrario en  dos aspectos  esenciales de la ley 135, a saber:

  a)      Los terratenientes se harían cargo de una  renta presuntiva de 4% y 10% sobre ganadería y agricultura respectivamente.

b)      Los terratenientes  calificarían  el estado de  explotación de sus tierras y  no   el Incora.

 Con base en  este acuerdo, el gobierno de Misael Pastrana Borrero, profirió las leyes 4 y 5 de 1973, que entraremos brevemente  a estudiar:

 1) Con la  ley 4 quedó plasmada la renta presuntiva y    se   concedieron  préstamos  a  los terratenientes,  para fomentar la ganadería. Con seis puntos menos de los  créditos ordinarios conferidos  por los bancos. A su vez, el gobierno  creó las Corporaciones de Ahorro y Vivienda y con ellas  los Upacs. Los créditos concedidos por esta ley,   fueron invertidos por los ganaderos  en Certificados a Término Fijo CTF, porque  pagaban  la corrección  monetaria más los intereses del  24% anual, obteniendo así,  una utilidad de   6% anual sin contar el ajuste monetario,  ya que el negocio de la  ganadería   solamente les  rentaba el 9% anual.

 

Mediante el decreto 2073 de 1973, reglamentario de la ley 4, facultó al Incora para la conformar las empresas comunitarias. Las primeras empresas fueron  creadas en 1971,  en los departamentos de Sucre, Córdoba y Bolívar, donde el auge guerrillero y las luchas campesinas fueron las más fuertes que se registraron en todo el país [33] y  se entregaron entre 12  y 14 hectáreas por empresa.

 

El 60% de éstas se dedicaron a la ganadería para la exportación de carnes a  la Costa Atlántica y su producido  era para pagar  las s cuotas  de los créditos otorgados [34] y para manutención de familias comunitarias.

 

Se establecieron en todo el país 1.117 empresa comunitarias, con un total de 11.882 socios [35] . La mayor parte de ellas  fracasó, debido a que fueron explotados por  agiotistas y por sus  tamaños   eran  insuficientes para el sostenimiento de tantas  familias [36] .

 

2) Mediante la  ley 5 se otorgaron  créditos a corto plazo y con intereses elevadísimos  a los campesinos pobres y medios, los  que   estaban condicionados a utilizarlos en la agricultura, contratar   asistencia técnica   y  usar  en los cultivos    insumos que habían sido   prohibidos en los Estados Unidos. El objeto era el  de  que las empresas farmacéuticas  gringas  recuperaran las inversiones pérdidas. Esto  llevó a elevar los costos de la producción, irrogando pérdidas a los campesinos, pues  no pudieron  competir en precios con   productos  producidos a  menores costos. Tal  situación llevó al incumplimiento de los pagos de sus créditos,  lo que  desencadenó un sinnúmero de procesos judiciales  que terminaron embargando y rematando las   propiedades que  amparaban tales créditos. Por eso, los efectos de esta ley fueron nefastos para la agricultura colombiana.

 

 

- Ley 6 de 1975

 El gobierno de Alfonso López Michelsen   profirió la denominada ley de aparcería o ley 6 de 1975, con la que prolongó el término de 10 a 20 años para adquirir el dominio las tierras en aparcería (derecho otorgado  por la ley 135 de 1961). Decisión  que perjudicó a los  aparceros que iban a cumplir con este término. Esta nugatoria fue  repetición  de la misma jugada que su padre  hizo a los aparceros cuando reformó la ley  200/36  mediante  la ley 100/44 [37] .

 El artículo 25 de esta ley disponía que  el término del contrato tuviera un  máximo  de tres años. Podía pactarse por menos tiempo y una vez terminado, el aparcero estaba obligado a entregar el predio desmontado de malezas y sembrado en pastos. Esta  modalidad es la que utilizan los ganaderos  para civilizar las tierras y  adecuar sus predios a la ganadería.

 

-El Desarrollo Rural Integrado DRI

 

Ante el fracaso de las empresas comunitarias, el Banco Mundial, la FAO y el  BIRF  propusieron implantar el programa del DRI en el campo colombiano en 1974, el  fin era aumentar la producción de alimentos  para contener el precio elevado de éstos y de los salarios de los trabajadores.

 El DRI fue un programa para  minifundios  de 20 hectáreas o más, ya que, en estas propiedades se  producían el 55% de alimentos de consumo masivo [38] . Los créditos se otorgarían a quienes  reunieran los siguientes requisitos:

 a) Que las tierras debían ser  de baja calidad.

b) Debían mostrar atraso tecnológico.

c) No tener suficiente  capital para invertir. 

 Su financiamiento provino del 46.6% de créditos externos del BIRF, BID y CIDA; y el 53.4% con recursos nacionales, provenientes de doce entidades estatales, así como se puede observar en el siguiente cuadro:

 Financiación del DRI (en millones de dólares)

Entidades

Préstamo externo

%

Contrapartida nacional

%

BIRF

52

39.5

79

60.5

CIDA

13.5

35.0

26.1

65.5

BID

65

59.1

149.1

53.4

Total

130.5

46.6

141.1

53.4

Fuente: Departamento Nacional de Planeación, Bogotá,  dic. 1976

 Los créditos se otorgarían con hipoteca de primer grado sobre las respectivas propiedades,  el programa cobijaría a 82.958 familias. En el paquete tecnológico se incluyó compra de maquinaria,  ensanchamiento de los minifundios y la aplicación de insumos para darle salida a las grandes cantidades acumuladas por los  monopolios gringos,  los cuales habían sido prohibidos en Europa por su toxicidad.

 La dirección del DRI reconoció que el 0.6% del valor de los créditos fueron destinados a la creación de activos y mejoras de fincas. Esta línea de crédito  se concedió para  los préstamos ganaderos donde la inversión se destinara a  sembrar o mejorar  pastos o a las  adecuaciones que  representarán el 1.8% de la inversión total [39] .

 Según Perry [40] dice que “los campesinos beneficiarios del programa, que reciben un crédito insuficiente e inadecuado para elevar su rústico nivel técnico, con altos intereses que les descuentan por adelantado, no solo no  lograrán una mejora productiva sino que, en muchos casos , difícilmente podrán cancelar oportunamente las  amortizaciones de préstamo. Si esto sucede les cobrarán intereses de mora, que llegan a duplicar su monto inicial, volviendo aún más remota la posibilidad de pago y conduciendo al embargo y pérdida de la parcela. Lo que ha comenzado a suceder en zonas de Sucre, Boyacá, Cundinamarca, etc., es precisamente esta situación.  Por eso el DRI no aumentará  la producción de alimentos, ni mejorará el nivel de vida y técnico del campesinado, ni frenará el flujo migratorio, sino que agudizará estas tendencias y con ellas la crisis general del campo y del país entero. Los únicos beneficiados serán los monopolios norteamericanos, que nos prestan dinero obteniendo elevados réditos y amplían el mercado para sus productos agroquímicos, y los grandes terratenientes que antes de ver amenazada su propiedad podrán ensancharla abarcando parcelas de los labriegos llevados a la ruina por esta política”.

 

- Situación creada por el narcotráfico a partir de 1980

 A partir de citado año, los narcotraficantes indujeron a los campesinos a cultivar coca, amapola y marihuana en varios departamentos,  las  fortunas percibidas por su comercio,   quedaron en manos de los barones de la droga y los campesinos quedaron en  la misma  pobreza.

 Las  fortunas ilícitas fueron invertidas  así por los narcotraficantes:

 a) Algunos compraron  mansiones solariegas, automóviles de alta gama y  adquirieron fincas  ganaderas de tipo extensivo. Las  custodian con  ejércitos privados y son propiedades suntuarias.

b) Otros importaron reses productoras de carne y  leche y búfalos con las cuales se  iniciaron ganaderías intensivas de tipo capitalista.

 Los barones de la droga adquirieron   4 millones de hectáreas de tierras  de primera, ubicadas en los valles y altiplanos de la geografía nacional. Estas zonas del narcotráfico, han sido  objeto del accionar  de la insurgencia revolucionaria  y de la delincuencia común,  por lo cual,  fundaron las Autodefensas Unidas de Colombia –AUC-, entre ganaderos, comerciantes, ex militares y militares activos,  con el fin     defender sus intereses económicos y desplazar a los campesinos para apropiarse de sus tierras,  como ha   ocurrido en el Magdalena Medio, Urabá, Córdoba, Sucre, Bolívar, Santander, N. de Santander,  Cauca, Valle del Cauca,  César, Tolima,  Caldas y Llanos Orientales.

 La  compra de estas  tierras ha fortalecido el latifundio, y ha llevado  a la emigración  forzada de campesinos pobres y sin tierra a los centros urbanos, situación que se constituye en una contrarreforma agraria. Estas zonas son manejadas de la misma forma como lo manejaron en  los feudos europeos,  en    donde los barones de la droga son los amos y señores de lugar, y quienes  no  obedezcan   sus  políticas, tienen que irse o los desaparecen mediante los grupos de autodefensa que operan  en las respectivas zonas.

  

- Ley 35 de 1982

 La ley 35 de  1982  dio nacimiento al Plan Nacional de Rehabilitación, con  el que se  compraron  tierras,  por intermedio del Incora,   en los  lugares dominados  por la guerrilla, con el objeto de rescatar  a los campesinos de su  influencia   y atraerlos nuevamente a sus filas partidistas. Tales  adquisiciones se pueden observar en el siguiente cuadro,  elaborado con informes de DANE:           

Año

No. hectáreas

1984

4.400

1985

25.111

1987

54.704

1992

11.283

 Mediante la comentada ley, entre 1984  y 1992, el Incora compró 95.498 hectáreas. Tierras de mala calidad pero  pagadas como de primera, fueron adjudicadas a los campesinos mediante créditos a largo plazo y   altos  intereses de financiamiento [41] .

 La política neoliberal impuesta por   César Gaviria  trajo la parálisis parcial  de campo,  dejaron de cultivarse cerca de dos millones de hectáreas debido a  la importación de productos alimenticios para combatir la especulación  de precios. Esto  desestímulo  a los campesinos  y empresarios agrícolas para  seguir  con sus empresas. No    podían competir con  los precios de los productos importados,   subsidiados  por los respectivos Estados de origen, mientras  la agricultura nacional  no recibía  subsidios gubernamentales  de ninguna índole.

- Ley 30 de 1988

 En 1988  se profirió la  ley 30,  que modificó otro aspecto de ley 135 de 1961, tales como eliminar la calificación de  tierras  y la  explotación agropecuaria. A    la  vez,  vinculó  la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos –Anuc-, a participar en estas  políticas estatales para el  reordenamiento territorial,  a cambio de entregar   460 mil hectáreas a  74 mil familias en diferentes regiones del país.

  

- El Plante

 El gobierno de Ernesto Samper Pizano  creó el Plan de Desarrollo Alternativo –PLANTE-, con el fin que el campesinado remplazara los cultivos ilícitos por  productos  agrícolas lícitos, a cambio de recibir cada uno la suma de  seis millones de pesos; sin embargo, fueron pocos los   que se acogieron a él, debido a los trámites dispendiosos.

 Para fortalecer el plan,  el Banco Interamericano de Desarrollo BID,  otorgó un préstamo al Plante de 94 millones de dólares;  Finagro  facilitó 40 millones de pesos y el gobierno de turno, le asignó una partida de  124 mil millones de pesos, para el cumplimiento del programa de  sustitución de cultivos, pero,  fueron  pocos los campesinos que   se acogieron,  pues los “barones” de la droga les  incentivaron con  más dinero a los campesinos pobres para proseguir con tales cultivos.

  

- Ley 160 de 1994

 El gobierno nacional, los terratenientes y la burguesía comercial,  lograron conjuntamente que  el Congreso expidiera la ley 160 de 1994, con el objeto de  adelantar un reordenamiento rural  mediante la compra y venta de tierras.

 Los fundamentos generales  de la citada ley,  es el acceso progresivo a la propiedad de  la tierras de los trabajadores agrarios, mejorar los servicios públicos rurales  y  la calidad de vida e ingresos de los campesinos. Entre sus objetivos inmediatos están los siguientes:        

-          Promover y consolidar la paz en sector rural.

-          Reformar la estructura agraria.

-          Apoyar a los campesinos de escasos  recursos.

-          Fomentar la explotación adecuada de tierras y aguas.

-          Acrecentar la producción agrícola y ganadera.

-          Mejorar el nivel económico, social y cultural  de la población rural.

-          Regular el aprovechamiento de las tierras baldías.

 

 Absalón Machado [42]   resume los objetivos de la  comentada  ley, a saber:

 

a)      Apoyar con subsidios a los campesinos para que accedan a la propiedad.

b)      Descentralizar hacia los municipios y comunidades  los procesos de reforma agraria.

c)       Capacitar y preparar a los campesinos para que hagan  uso adecuado de las tierras.

d)      Definir políticas para adjudicación de baldíos y de colonización.

e)      Titular  tierras en unidades productivas familiares.

f)        Regular el manejo de los resguardos indígenas.

g)      Propiciar la intervención directa del Estado en la compra de tierras.

h)      Regularizar al acceso a la propiedad rural por parte de las comunidades negras.

Agrega el citado autor  que “nuestra generación se ha encontrado con un hecho incontrovertible: una desruralización de la agricultura con un dinámico proceso de urbanización que no ha sido resultado  de la industrialización ni del desarrollo de los mercados” [43] .

 La comentada ley, creó el Consejo Nacional  de la Reforma Agraria –CNRA-, como  un organismo consultivo del Ministerio de Agricultura,   los Consejos Municipales de Desarrollo Rural –CMDR-  y los Comités Municipales de Reforma Agraria –CMRA-, con el objeto de  realizar la distribución de  tierras conforme a las necesidades propias de cada región.

 El mercado de tierras comprende la compraventa, usos y alquiler de las tierras. El Estado interviene directamente en la compra y  concede  a los campesinos pobres o sin tierra, subsidios para  acceder a  ella o  para  complementar  cuando  sean  insuficientes. Para ello,   suministra un subsidio del 70% del valor por unidad agraria familiar y el  saldo es financiado por una  entidad financiera.

 El monto de los subsidios es  fijado por el Incora y  señala dos clases de subsidios:

  a)     Del 70% del valor correspondiente  a la respectiva unidad  agrícola familiar UAF., siempre y cuando estén asociados a cooperativas de campesinos

b)     Un subsidio  para la tasa de interés del crédito de tierras, en las condiciones financieras  que determine  la Comisión  Nacional de Crédito Agropecuario.

 

La compra de tierras  puede realizarse de dos maneras:

  1.       Los campesinos puede directamente negociar  las parcelas   en coordinación con el Incora.

2.       El Incora compra tierras y  adjudica a los campesinos que se encuentren  inscritos en el Instituto  para  acceder a  la unidad  agraria familiar.

 La forma de pago se efectuará así: el 50% del valor del predio en bonos agrarios y el otro 50% en dinero efectivo. Los créditos que otorguen  los intermediarios financieros, serán otorgados directamente a los solicitantes que vayan adquirir  las  parcelas,  a los 30 días a la fecha de otorgamiento de la escritura, el cual se computará  parcial o totalmente a la suma que deba reconocerse  en dinero efectivo  y  el saldo  será cancelado por el Incora. El subsidio en bonos agrarios será  entregados   con cargo al subsidio de tierras.

 Bonos entregados por adjudicaciones  o compra de tierras se pagarán a un  término de  cinco años  y los entregados por concepto de indemnizaciones por expropiaciones serán cancelados a un término de seis años. Los campesinos pagarán sus créditos en un término de 15 años.  En cambio las indemnizaciones que se reconozcan por expropiación serán en su totalidad  pagadas con bonos agrarios.

 La ley  define  la Unidad Agraria Familiar UAF,  como la empresa básica  de producción agrícola, pecuaria, acuícola o forestal cuya extensión , conforme a las condiciones  agroecológicas de la zona y con tecnología adecuada, permite a la familia  remunerar  su trabajo y disponer  de un excedente capitalizable  que coadyuve  a la formación de su patrimonio (Art. 38, inciso 2).

 La  unidad agraria familiar se denomina pequeña propiedad, las que sobrepasen la dimensión de esta unidad serán mediana o grande propiedad. El Incora solamente concede subsidios e interviene en la compra de la  UAF. 

 - Adquisición de Tierras  por Incora entre 1990-1996

 El siguiente cuadro nos suministra los  datos de las tierras compradas   por el Incora,   en el mercado asistido,  para adjudicar  a las familias  campesinas pobres  o  sin tierra:

Años

No. De predios

Hectáreas

Tamaño promedio

No. De familias

Tamaño

UAF has.

1990

221

73.118

330.9

4.321

16.9

1991

131

44.712

341.3

2.662

16.8

1992

254

82.176

323.5

5.105

16.1

1993

238

53.132

225.1

3.571

14.9

1994

199

57.670

289.8

3.832

15.9

1995

208

46.767

225.0

2.890

16.2

1996

369

83.475

226.0

5.283

15.8

Total

1.618

441.050

273.0

27.463

16.1

Fuente: Elaborado con datos del Dane [44]

 DE lo anterior, se deduce lo siguiente:

 El Incora adquirió entre 1990 y 1996, 441.050 hectáreas para adjudicarlas 27.463 familias, el promedio por heredad  fue de 273 hectáreas o lo que equivale en promedio a 16.1 hectáreas UAF.

 Anteriormente,  había comentado que el valor de la tierra  no corresponde por su valor productivo, sino  que es fijado por la especulación, ya  que es un medio de  ahorro y de valorización constante utilizado por los terratenientes para conservar sus fortunas, por ello, resulta iluso que se vaya a realizar  un reordenamiento territorial  por la compra y venta de tierras, aun cuando el mercado esté asistido por el Estado para la compra de  tierras que serán adjudicadas a  los campesinos sin tierra  o cuyas parcelas no les alcanza para su sustento.  

 El UAF se asemeja a los UPAC  y UVR por cuanto se valoriza  conforme al aumento del salario mínimo legal, lo cual  es  un freno al apetito devorador del capital financiero que en nuestro país se comporta de forma usurera.

 De otra parte, el   reordenamiento territorial conforme a la ley  160/94,  durará por toda la eternidad, ya que en Colombia el 30% vive en el campo y cerca de 8 millones de campesinos sin tierra viven  en la absoluta miseria, y las adjudicaciones que hace el Estado por año es insuficiente y ridículo. Esta política ha  generado la violencia en  el sector rural por su protección del  latifundio y por  el  desconocimiento de los derechos mínimos de los campesinos.

 

- El Plan Colombia

 El gobierno de Andrés Pastrana Arango y  el presidente   George Bush acordaron el Plan Colombia, que busca  combatir particularmente   las Fuerzas Armadas Revolucionarias  de Colombia EP  - FARC-EP-, el  Ejército de Liberación Nacional – ELN-  y el Ejército Popular de Liberación –EPL-. El plan va dirigido contra aquellas zonas donde el accionar guerrillero tiene influencia entre las masas campesinas.

 Este  Plan entregará  subsidios individuales  por  2 millones de pesos para sustituir los cultivos ilícitos, son pocos los  campesinos que se han acogido, pues  el negocio de la coca y la amapola es de propiedad de las mafias norteamericanas, las utilidades que dejan es de  cuatrocientos mil millones de dólares por  año, de los cuales sólo  el 5% se queda en manos de la mafia colombiana   y el resto va a parar a las arcas de las mafias gringas,  razón por la que, resulta imposible acabar con este flagelo. El  negocio tiene una demanda creciente  y  cada día hay más adictos. Se  trata de un negocio más rentable  que el  petróleo y  con el ítem  que  no se agota.

 

- La agricultura comercial

 Esta forma de explotación la conforma la agricultura moderna,  por la producción tecnificada,  cultivaban   banano, caña de  azúcar, trigo, cebada,  arroz, algodón y  cereales. Entre 1966-1985 su crecimiento llegó a un promedio  del 4.8 % anual, debido  a la introducción del sorgo, soya y la palma africana [45] .

 Ocupan una extensión territorial de  430 mil hectáreas de  tierras de primera,  emplean cerca de 300 mil campesinos asalariados. Sus cultivos son a gran escala y lo producido se dirige a abastecer de materias primas a  la agroindustria alimenticia que opera en  la nación.

 Emplean riego artificial y  maquinaria agrícola moderna,  las tierras son tractorarles  por estar ubicadas en valles y altiplanos. Se tiene información que hasta el año de 1977 existían 25 mil tractores y 1.750 combinadoras [46] ,  no existen  datos sobre la existencia física de  esta maquinaria a  1997.

 El sector algodonero es el que más ha sufrido con  los pesticidas importados pues no sirven para controlar las plagas, lo que ha generado grandes pérdidas para este gremio,  y su área se redujo en más de 400 mil hectáreas  en 1977 a  186 mil 1979, y 102 hectáreas en 1980 [47] .

 En cambio, el sector arrocero ha sido el más beneficiado,  es el único sector que creció  hasta 1994, cuando el gobierno de César Gaviria Trujillo, lo importó  de los países asiáticos para controlar su  precio, lo que desestímulo a los  empresarios agrícolas y  generó  un estancamiento del  sector. Lo mismo ocurrió con el  sorgo que el precio del importado era inferior al cultivado en el país.

  

Análisis de la tenencia y usos de las tierras en la actualidad

 En el siguiente cuadro nos  muestra  la estructura   rural entre 1984 y 1997:

Tamaño

Propiedad

No. Predios

1984

No. Predios

1997

No.

Propietarios

1984

No.

Propietarios

1997

Superficie

Has.

1884

Superficie

Has.

1997

Pequeña

1.712.676

2.200.590

2.160.832

2.954.297

8.211.781

11.080.025

Mediana

165.414

188.693

228.058

275.997

10.818.073

12.839.508

Grande

26.656

25.931

26.656

43.643

16.435.369

27.851.176

Total

1.904.746

2.415.214

2.431.533

3.273.765

35.465.223

51.770.709

Fuente: Comprende la región Costa Atlántica, el occidente, centro-oriente y el piedemonte llanero (Caquetá,    Meta, Casanare, y Arauca). Excluye Antioquia y San Andrés [48]

 Conforme a los datos del anterior cuadro, se deduce lo siguiente:

 

a) Que entre 1984 y 1997, el área total cultivable aumento en 16.305.486 hectáreas, lo cual indica que estas fueron civilizadas  y que correspondían a tierras baldías

 

b) Que la pequeña propiedad  entre 1984 y 1997,  aumentaron en 537.914 predios, y su  extensión  aumentó en 2.868.244 hectáreas, pero,  gran parte de ellas se encuentran  compartidas por dos o más propietarios, razón por la cual se fragmentaron.

 

c) Con relación a la mediana, tenemos que  entre 1984 a 1997,  aumentaron de 23.279 propietarios, y su extensión creció en  2.021.435 hectáreas; igualmente, incrementó el promedio de  extensión por propiedad en 20.6 hectáreas.

 

d) La gran propiedad  para 1984, contaba con 26.656 predios que  ocupaban una extensión de  16.435.369 hectáreas  en manos de 26.656  propietarios, dando un promedio de   616.5 hectáreas por  finca; en cambio, para 1997, eran  25.931  predios que ocupaban una extensión de 27.851.176 hectáreas, de propiedad de 43.643 terratenientes, por tanto, el promedio era de  1.074 hectáreas por finca. El número de propiedades disminuyeron en 725 propiedades pero su extensión total creció    en 11.415.807 hectáreas, significa  que el área por propiedad casi se duplicó pero, por existir varios propietarios de un mismo predio estas se fragmentaron

 En términos generales, de los anteriores datos se concluye que, la pequeña propiedad se  fragmentó, fundamentalmente por varias  causas:

a)      A  la posesión y adecuación de tierras baldías por el término señalado en la ley [49] .

b)      Por  compra  de medianas propiedades, las  dividieron   en pequeñas fincas de recreo para vendérselas a trabajadores de la clase  de recursos medios o altos.

c)       El loteo de fincas adyacentes en las ciudades  a familias  desplazadas por la violencia.

d)      Por fragmentaciones a consecuencia de sucesiones testadas o intestadas.

 En relación con  las grandes propiedades su monopolio territorial se ha acrecentado, debido a las siguientes   causas:

 a) Lanzamiento forzado  de las parcelas  a las familias de los campesinos pobres para eliminar el  peligro latente de que en  un momento cualquiera pueda poner en peligro sus vidas por la miseria en que ellos  viven.

B) Por  la confrontación armada entre los grupos insurgentes contra la Autodefensa Unidas de Colombia AUC, como  brazo armado  de los terratenientes.

c) Por la consolidación de zonas dominadas por el narcotráfico, donde los barones de la droga  tienen pleno dominio sobre la población civil y ejercen su autoridad  política.

 

- Usos de las tierras

 

En el siguiente cuadro veremos los diversos usos dados a las diferentes propiedades  en la explotación de las tierras, que nos sirve de parámetro   para analizar el grado de desarrollo rural:

Usos

Pequeña

Hectá. %

Mediana

Hectá. %

Grande

Hectá. %

Uso agrícola

1.815.787

26.9

2.569.726

7.2

56.435

0.6

Pastos *

3.925.773

58.0

23.289.467

65.1

8.303.323

89.2

Bosques

680.008

10.0

8.587.131

24.0

819.597

8.8

Improductivas

347.468

5.1

1.343.172

3.7

127.948

1.4

Total

6.769.036

100.0

35.789.496

100.0

9.307.303

100.0

Fuente: Elaborado con base al Dane, Muesrtra Agropecuaria, Resultados 1995 [50] .

           *Incluye malezas y rastrojos

 De este cuadro estadístico,   nos sirve para concluir los siguientes razonamientos:

a)      Predios explotados en agricultura: la pequeña  propiedad utiliza   el 26.9%, la mediana el 7.2 % y,  la grande   el 0.6%.

b)      Predios en pastos y malezas: la pequeña tiene el  58%, la mediana 65.1% y,  la gran propiedad el 89.9%.

c)       Predios en bosques: la pequeña tiene el  10%, la pequeña el 24% y, la grande 8.8%.

d)      Predios  improductivos:   la pequeña el 5.1%, la mediana el 3.7% y, la grande  del 1.4%.

 Como se puede observar, estos datos son  tergiversados por Dane, pues considera que los predios en pastos naturales y malezas son una  forma productiva; mientras las pequeñas propiedades aparecen proporcionalmente con mayores extensiones de tierras improductivas.

 

- Evolución de la formas de explotación

 En el siguiente cuadro veremos la evolución de las formas de explotación de la tierra de 1960 a 1988:

Formas de tenencia

1960

%

1988

%

Variación

hectáreas

%

Propiedad

18.994.6

76.8

29.116.7

91.3

10.122.1

53.3

Arriendo

2.331.8

9.4

1.103.9

3.5

-1.227.9

-52.7

Colonato

2.888.8

11.7

553.9

1.7

-2.334.9

-85.3

Otras*

526.3

2.1

1.123.2

3.5

596.9

113.4

Total

24.741.5

100.0

31.897.7

100.0

7.156.2

100.0

Fuente: Tomado de Alonso Cardona citado por Absalón Machado [51]

*Incluye la aparcería

 De lo anterior, se concluye que la aparcería y el arrendamiento de tierras se desplomaron  debido a los efectos de  las leyes 135/61 y ley 1/68, que confieren el derecho a aparceros o arrendatarios de expropiar a los propietarios ausentitas de las tierras explotadas por aparcería o en  arrendamiento [52] .

 

- Relaciones de producción en el campo

 El proletariado agrícola son los trabajadores que no poseen medios de producción y viven de la venta de su fuerza de trabajo, son los   asalariados del campo y se denominan campesinos sin tierra, ellos deambulan de un lado a otro en busca del trabajo en las diferentes  propiedades rurales  para atender labores en ganadería,  desyerbar, fumigar, aplicar insumos y  recolectar cosechas.

 Los campesinos pobres son los que  poseen una pequeña parcela y  ingresos anuales no les alcanza para mantenerse él y su familia, y tiene que vender su fuerza de trabajo por  determinados periodos en el año  para complementar sus ingresos.

 El  campesino medio o rico son los propietarios  de parcelas de tamaños medianos  y sus  ingresos anuales  les alcanza para subsistir y les deja  remanentes para invertir   en insumos, fertilizantes y   mecanizar  las  labores  en la finca mediante su alquiler y contratar mano de obra   asalariada.

 Los empresarios agrícolas  son los propietarios de la agricultura comercial, que toman en arriendo tierras y  contratan trabajo asalariado, emplean mecanización en la agricultura, utilizan   pesticidas e insumos en sus cultivos o son propietarios  de la industria avícola nacional, son burgueses medios o  burguesía nacional.

 El colonato es la forma como los campesinos   civilizan territorios baldíos selváticos, es decir, que las adecuan para ser explotadas en agricultura o ganadería, y al cabo de determinado tiempo pueden solicitar al juzgado competente que les reconozca la propiedad sobre dicho terreno.

 La aparcería son las tierras dadas por los terratenientes a los aparceros durante el término de tres años,  para que  desmonte  las malezas y las puedan cultivarlas; una vez vencido el plazo, las devuelven sembradas con pastos  para la ganadería. 

 Los grandes propietarios esta conformada por  los llamados terratenientes cuyas heredades están dedicadas a la ganadería extensiva, no hacen inversiones de infraestructura en  sus fincas y contratan máximo  cinco trabajadores para atender las labores ganaderas, comparten con la gran burguesía financiera el poder real del estado.  

 Capitalismo monopolista esta conformado por las grandes industrias de capital financiero internacional, son socios de los ingenios azucareros, las subsidiarias  de productoras de palma africana, monopolios internacionales bananeros, flores y en algunos cultivos comerciales. Esta industrias utilizan alta tecnología  y su acumulación  se efectúa en el  extranjero, de ahí  que represente el desangre para la economía del país [53] .

 

- Conclusiones

 

De la totalidad del área cultivable, el  34.1 % es utilizado  en  agricultura en  la pequeña y mediana propiedad, mientras la grande sólo utilizó el 0.6%, es decir,  su producción agrícola es casi nula.

 Según el periódico El Tiempo [54]   dice que” entre 1984 y 1996, las fincas de más de 500 hectáreas duplicaron su superficie de 11 a 22,6 millones de hectáreas, en tanto que las menores se redujeron  sensiblemente, de 3,4 millones   a 2,2 millones de hectáreas en el 2001. Si se piensa que en los últimos diez años se ha despojado a los campesinos que trabajan su tierra (en Córdoba, Antioquia o el Tolima, por ejemplo) de una superficie  parecida a la que les quitó hace medio siglo la violencia  liberal-conservadora, sobran motivos para sindicar al Estado por ignorante o inepto”.

 Agrega el citado diario que,  el 40% de las tierras fértiles del país, cuatro millones de hectáreas han sido adquiridas con dineros provenientes del  narcotráfico. Las tierras utilizadas en agricultura solo ocupan el 7%; mientras las tierras  en pastos ocupan casi 42 millones de hectáreas.

 En cumplimiento al reordenamiento territorial, las compras directas de tierras por  el Estado, adquirió  por intermedio del Incora: entre 1962- 72, 157.937 hectáreas; en el periodo de 1973-85,  548.305 hectáreas; y entre  1985-95  698.430 hectáreas, para un total de 1.404.672 hectáreas [55] .

 Según el  Incora  ha entregado títulos de propiedad  de tierras hasta  1987, un total de  306.303  correspondientes a  12.332.000 de hectáreas, entre compra, adjudicaciones y proyectos de colonización del gobierno.

 Según los datos, para 2000, existían 150.000 hectáreas  en todo el país cultivadas en coca, marihuana y amapola, lo cual equivale 1.8% del total del área cultivable en el país,  su mayor concentración  se encuentra en los Departamentos del Huila, Vichada, Caquetá, Putumayo, Cauca y Valle del Cauca [56] .

 En 1996, el Incora recibió ofertas de tierras  de 756.058 hectáreas en 3.902 predios, y   había   31.343 aspirantes al subsidio,   sólo  negociaron 71.616 hectáreas para  337 predios [57] ,  y  se adjudicaron por  cada jefe de familia  un  predio  de 212.5 hectáreas.

 En 1997, el  Incora entregó 56.052 hectáreas a 2.987 familias, de un promedio por parcela de 18.7 hectáreas [58]

 Conforme a  los datos del Dane para  1997, el área  agrícola activa es de 4.384.983 hectáreas, de los cuales utilizan    en  cultivos permanentes una extensión de   2.501.290 hectáreas y  los cultivos transitorios ocupan   1.883.693  hectáreas, en pastos y malezas 35.5 millones de hectáreas; bosques 10.086.776; tierras improductivas o baldías 818.588 hectáreas,  las cuales suman un total de 50.808.910 hectáreas que corresponden  al 45.4% del total de las tierras en  Colombia.

 Las tierras dedicadas a la ganadería extensiva suman  35.5 millones de hectáreas, incluyendo las tierras con  malezas y rastrojos,  que albergan 26.4 millones de cabezas de ganado.

 El área cultivada con riego es de 432.574 hectáreas, mientras los  terrenos fertilizados  sólo alcanzan 1.7 millones, y la superficie libre de malezas es de 18.5% de hectáreas.

 Para  1997 existían  40 millones de habitantes en el país, de los cuales 12 millones vivían en el campo (30%),  y  2.4 millones eran  propietarios de microparcelas   y  9.6 millones de campesinos sin tierra.

 Que de los 2.4 millones de microparcelas pertenecían a 3.2 millones de propietarios;  mientras  la gran propiedad  sumaban 25 mil predios y  pertenecían  a  43.6 mil  terratenientes,  de estos últimos  hay   treinta     que acaparan   propiedades con extensiones superiores de  más de ciento cincuenta mil hectáreas de tierras.

 La  situación se agudizado  debido a que los terratenientes han desplazado por la fuerza a un millón y medio de campesinos pobres y sin tierra, lo que implica de  hecho   una contrarreforma agraria, contraria  a lo presupuestado en las leyes que rigen esta materia, mediante la cual se han apropiado  cerca de 2 millones de hectáreas, sin que ninguna autoridad se  les  opongan, pues han tenido el respaldo  de las autoridades nacionales y de la fuerza pública, ya que los terratenientes ganaderos tienen el poder real del Estado.

 Igualmente, se demostró en el presente estudio que los latifundios y las microparcelas tienen en común que son formas  improductivas, pues no emplean mano de obra asalariada, y lo poco que producen,  lo hacen  mediante una agricultura a baja escala o con ganaderías extensivas  típicas de la época  feudal.

 Lo anterior demuestra que uno  de  las grandes inequidades que existen en país es el problema agrario, razón por la cual se hace necesario adelantar  una reforma agraria integral  progresiva y acelerada,  en la que se acabe con los latifundios y se haga un   reparto de tierras equitativo a los campesinos para atender las necesidades familiares y se les otorguen subsidios o  créditos con facilidades de pago  para que puedan trabajar y producir.

 Se debe impulsar la modernización del campo siempre y cuando se haga un reordenamiento territorial, ya que tecnificar la agricultura o las ganaderías sin  una distribución equitativa de tierras, sería    fortalecer el régimen existente   y a un determinado número de propietarios,  cuya política  sería injusta con los campesinos sin tierra  y con  quienes necesiten  complementar sus tierras para lograr un  sustento digno de los seres humanos.

 Los campesinos sin tierra y pobres deben  apoyar a  los partidos políticos o líderes políticos  que  impulsen en sus programas reformas democráticas con  políticas que  conlleven distribución de tierras  y subsidios estatales  para impulsar el desarrollo agrario.

 Al lograr un reparto equitativo de tierras podrá lograrse la paz en nuestra  la nación, de lo contrario, seguiremos en una  eterna lucha sin cuartel, porque el hambre y la miseria no tienen color político, sino que se traduce en una lucha de los que no tienen nada o poco contra quienes todo lo tienen o  poseen muchas riquezas.

  



[1] Fals Borda, Orlando, Cuestión Agraria, publicaciones la Rosca, Bogotá 1975, p. 1. dice que la población pudo ser mayor.

[2] ibídem, p.1, se refiere a que en Colombia solamente existían tribus comunitarias y tributarias.

[3] ibídem, p. 7, manifiesta que “el producto de la tierra y de otras actividades  económicas como la minería, se distribuía mayormente al interior de las tribus, pero existían formas de comercio entre ellas. Por ejemplo, la sal de Zipaquirá, la manta tejida y la esmeralda de Somondoco, de los Chibchas, se trocaban por oro, loros, plumas y algodón en rama de los Panches, que vivían en el Magdalena medio. El oro de los Catíos de Antioquia se llevaba a los Zenúes a cambio de caracolas y para ser procesado por orfebres. El transporte de estos productos  se hacía a lomo de hombre o en canoas, pues no había animales de carga”. 

[4] Kalmanovitz, Salomón.  Economía y Nación, Breve Historia de Colombia, TM Editores, 1997, 4ª. Edición, p.p. 38 y 39.

[5] Fals Borda,  op. Cit., p.3.

[6] Ibídem. .

[7] Según Guillermo Hernández Rodríguez, manifiesta que  la conquista buscaba el remanso  de la colonia con fines de provecho económico (De los Chibchas a la colonia y a la República, Ed. Paraninfo, Colombia, 1990, p.214).

[8] Liévano, Aguirre, Indalecio Los  grandes conflictos sociales y económicos de nuestra historia, editorial TM editores, decimoquinta  impresión, T. I, 1997, p.

[9] Ibídem, op. cit. p.75.

[10] Navarro M.,José Ramon. Spnosis Histórica Social y Económica de Colombia, Bogotá, D.C.

[11] Ibídem, p. 10.

[12] Navarro M., op. Cit.

[13] En la Biblia acepta la institución de la  esclavitud

[14] Sweezy, Paul, Comentario Crítico,  discusión  sobre la transición del feudalismo al capitalismo, cita a Marx en  la Correspondencia Escogida entre Masrx-Engels, p. 411.

[15] Transición del feudalismo al capitalismo,  polémica dada a comienzos de 1950, traducida por Ramón Padilla, Editorial Latina, ps.66-67.

[16] Fue tomada de la Ley de vientres proferida en 1812 en Antioquia mediante la cual dieron la libertad a los esclavos  negros

[17] El censo era un gravamen que pagaban las propiedades rurales  y urbanas.

[18] Las primeras guerrillas las fundaron con estas familias contra el gobierno de José Hilario López por haber dado la libertad de los esclavos.

[19] Tirado Mejía, Op. Cit, p.p. 175 y 176

[20] Kalmanovitz, Salomón. Economía y Nación, Una breve historia de Colombia, TM editores, cuarta edición, 1997, p.156. Esto ocurría en la Hacienda DE Tomás Cipriano Mosquera en 1840.

[21] Ibídem, p.212

[22] Kalmanovitz, op. Cit. P.215.

[23] Machado, Absalón. Políticas agrarias en Colombia. Fundación Mariano Ospina Pérez, Bogotá, 1982, p. 62.

[24] Dane Censo Nacional

[25] Tirado Mejía Álvaro. Introducción a la historia económica de Colombia, 2ª. edición, Universidad Nacional, Bogotá, 1971, p.278

[26] Sumados los predios menores de 5 a 10 hectáreas según el cuadro del Dane.

[27] Colombia semifeudal y neocolonial, Editorial 8 de junio, de los Grupos M-L y después Liga M-L , 1975, p.83

[28] En estas parcelas no utilizan abonos, sino que se dejan potreros  en descanso durante varios meses a fin  que se recuperen  por sí mismas.

[29] Marx, Carlos, Capital, Fondo de Cultura Económica, 1976, p. 611

[30] Pecaut, Daniel. Crónica de dos décadas de política colombiana 1968-1998, Siglo Veintiuno Editores, p.p.95,96.

[31] Pécaut, Daniel. Crónica de dos décadas de política colombiana 1968-1998, Siglo  Veintiuno Editores pp.87,88.

[32] Perry, Op. Cit., p.95, efectuado con datos del Dane 1970.

[33] Perry, Santiago. La crisis agraria en Colombia, 1950-1980, Ancora Editores, p.118.

[34] Perry, Op. Cit. P.118.

[35] Incora, Las empresas Comunitarias citado por Perry,  p. 118.

[36] Perry, op. Cit, p.119.

[37] ibidem, p.121.

[38] Perry, op. Cit., p.124.

[39] Ibídem, p. 125, cita el Seminario sobre Programa DRI, Bogotá, agosto de 1978, Grupo de  Evaluación  Subprograma de Crédito,

[40] Ibídem, p.p.125, 126.

[41]  Cuadro formado con datos tomados del Dane.

[42] Machado, Absalón, op. Cit., p. 128.

[43] Ibídem.

[44] Datos tomados parcialmente  del cuadro 38 del libro de  Machado, p. 146

[45] López Caballero, Alfonso. Hacia un nuevo modelo de desarrollo para el campo Reforma Agraria de 1987, Editorial Oveja Negra, p.32.

[46] Perry, Op.Cit., p.47.

[47] Ibídem, p. 28.

[48] Machado, Op. Cit, p.63.

[49] La ley determina que las tierras baldías deben ser explotadas adecuadamente las dos terceras partes del total ocupado ,  durante cinco años, de lo contrario, éstas revierten al Estado (Art. 69 Ley 160 de 1994)

[50] Machado, Absalón, op. Cit. 101

[51] Machado, Absalón. Op. Cit., p. 94.

[52] Ibídem.

[53] Perry, Op. Cit. P.92

[54] Periódico El Tiempo, Editorial del 14 de septiembre de 2003. p.1-26

[55] Incora, Subgerencia de Planeación.

[56] El tiempo, Editorial 14 septiembre de 2003, p.1-26

[57] Incora, Subgerencia de Planeación

[58] Ibídem