MUJERES COLOMBIANAS: VÍCTIMAS, COMBATIENTES Y CONSTRUCTORAS DE PAZ



TELESUR

El 24 de julio se firmó en La Habana el acuerdo de compromiso de género entre el Gobierno colombiano y las FARC-EP, en virtud del cual se garantizará la equidad de género, así como la participación de la mujeres y la comunidad LGBTI en la política.

Más del 50 por ciento de las víctimas del conflicto entre el Gobierno de Colombia y los grupos insurgentes de ese país son mujeres, es decir, de los 6,2 millones de víctimas reconocidas 3,9 millones son féminas.

Pero las cifras pueden ser más alarmantes, debido a que del total de las mujeres víctimas solo 10 por ciento han sido reparadas.

Entretanto, a lo largo del conflicto se ha evidencia que las mujeres tienen más posibilidades de ser sobrevivientes de la guerra con un 87 por ciento, frente al 13 por ciento, según el documento Iniciativas de las Mujeres por la Paz (2007), y a Medicina Legal de este país.

Este silencio e invisibilización de las violencias contra las mujeres en la vida cotidiana, se exacerba en el marco de la guerra e intensifica la violación de los derechos humanos.

LA VIOLENCIA CONTRA ELLAS

"En municipios del país con crisis humanitaria por conflicto armado o desastres naturales, la mortalidad materna es 7,6 veces más alta y la tasa de fecundidad de niñas de 10 a 14 años es el doble que en los municipios no afectados", indica el informe "Refugio en la tormenta, una agenda transformadora para las mujeres y las niñas en un mundo proclive a las crisis" presentado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) en 2015.

La violencia contra las mujeres en este país durante el conflicto es influida por el patriarcado como sistema de dominación que aún se mantiene en muchos países.

Otro factor que influye en los actos que violan los derechos humanos de las féminas en este país tienen que ver con el militarismo, que refuerza comportamientos agresivos y el desprecio hacia las mujeres.

Esta discriminación se extiende también muchas veces hacia las instituciones colombianas, que dejan a las mujeres maltratadas y víctimas sin posibilidad de denunciar y sin reparación, las privan de su derecho a la seguridad, a decidir por su propia sexualidad.

La Unidad para las Víctimas, organismo del gobierno colombiano ha clasificado 11 crímenes diferentes que se han cometido contra las mujeres. Los delitos más frecuentes asociados al conflicto son: desplazamiento forzado, homicidio, mutilaciones por minas, secuestro, tortura, reclutamiento de menores, despojo de tierras, agresión sexual, amenazas y atentados, desaparición forzada y robo de bienes.

La violencia sexual constituye uno de los delitos cometidos en el marco del conflicto y del cual unas 500 mil mujeres y niñas aproximadamente han sido víctimas, según advierte un estudio de Oxfam y la Casa de la Mujer de Colombia.

Según el estudio de estas organizaciones, entre el 2001 y el 2009, menos del 18 por ciento de las mujeres han denunciado ser víctimas de la violencia sexual. Del total de los casos, solo dos de cien podría tener una sentencia, lo que representa un nivel de impunidad de más del 98 por ciento.

El ambiente bélico en la nación ha contribuido con la socialización de antivalores como las prácticas abusivas, vejatorias y violentas contra las féminas, lo que revela otro dato importante y es que los agresores no reconocen o consideran la violencia sexual como un crimen.

Entretanto, la Corte Constitucional ha reconocido que la violencia sexual contra la mujer en el país "es una práctica habitual, extendida, sistemática e invisible en el contexto del conflicto armado colombiano".

Entre los delitos sexuales más frecuentes en el país están la violación y la explotación sexual.

ROLES DE LAS MUJERES EN EL CONFLICTO

Las mujeres colombianas han sido llevadas a asumir nuevos roles debido al conflicto. Así podemos ver no solo mujeres víctimas de la guerra en este país sino participantes activas del conflicto, como miembros de los grupos insurgentes, combatientes, políticas, defensoras de los derechos humanos, luchadoras sociales y constructoras de paz.

En el curso del conflicto pueden asumir más de uno de estos roles de forma simultánea.

NEGOCIADORAS Y CONSTRUCTORAS DE LA PAZ

La Ruta Pacífica y la Organización Femenina Popular (OFP) son las organizaciones más emblemáticas que agrupan a mujeres víctimas y desplazadas, campesinas, religiosas, Organizaciones No Gubernamentales, organizaciones comunitarias, cooperativas, ambientalistas, de ahorro, de adultos mayores o municipales o departamentales, entre otras, que buscan contribuir en el proceso de paz y reparación.

Las mujeres exigen inicialmente la desestructuración del patriarcado como garantía para la paz.

Hay grandes diferencias entre lo que piden los hombres y las mujeres como forma de reparación. Las víctimas masculinas reclaman al Estado dinero por las cosechas perdidas, que les devuelvan sus tierras o que les otorguen créditos agrícolas, mientras que las mujeres exigen educación para sus hijos, acceso al sistema de salud, que no haya impunidad para los culpables, solución pacífica de los conflictos y vivir sin miedo.

MUJERES EN LA GUERRILLA

Otro de los roles asumidos por las mujeres colombianas es su incorporación a las filas de los grupos guerrilleros, en los que son protagonistas activas como combatientes e frente ideológicos.

Para el 2013, las filas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) estaban conformadas en un 35 por ciento o 40 por ciento por mujeres.

Las razones que las llevan a formar parte de estos grupos difieren, pero cn el paso de los años el número de miembros mujeres aumenta. En la actualidad 40 de ellas tienen un papel importante en los diálogos de paz en La Habana, como parte de la delegación de las FARC. Entre ellas figuran Camila Cienfuegos, Viviana Hernández, Victoria Sandino, Yadira Suárez, Alexandra Nariño, Milena Reyes y Maritza Sánchez.

Telesur, julio de 2016.